Feliz de poder registrar con mi cámara varios de los momentos vividos. Cada cliente trae consigo un nuevo renacer, donde la adrenalina y el entusiasmo nutren mi alma. Todo desafío logra poner en jaque mi creatividad y romper esquemas constantemente.
Disfruto de cada trabajo realizado intentando dejar mi huella en los clientes. Siempre con la premisa de hacer foco en las emociones. Allí es donde finalmente entendí que estaba mi deseo y conseguía mis logros. Si consigo una sonrisa, un enfado o una lágrima con mis imágenes, el cometido está cumplido. La idea es expresar y mostrar mi mirada de mundo a los espectadores, pero con la premisa clara de provocar algo en ellos.
Cuando tengo una cámara en la mano, el tiempo quema, la cámara grita y tengo la necesidad de gatillar.
Pretendo retratar imágenes que me conecten con eso que deseo retratar, ya sea un objeto, un paisaje, un animal o una persona. Intento congelar el reflejo de un poquito de su alma para mostrárselo al mundo.